Género periodístico:
Este texto se inscribe dentro de la crónica periodística, elaborada con profundidad y extensión. Resalta un cuidadoso uso de fechas y hechos pasados y presentes (para el momento en que fue publicado) que le dan orden cronológico al texto biográfico del artista Pedro León Zapata, permitiendo el recorrido por abundantes detalles y circunstancias, como es característico en este tipo de género periodístico en el que también es posible apreciar las orientaciones y posiciones de la autora.
En consonancia con lo antes expuesto, y de modo general, se puede afirmar que este texto responde a la estructura de la crónica, la cual está condicionada por esa exigencia de temporalidad que se desarrolla a lo largo del escrito en cuestión, lo que no descarta su naturaleza biográfica complementada con herramientas propias de la literatura y la estética del lenguaje.
Textos literarios:
Desde el inicio y a lo largo de todo el texto se aprecian calificativos que describen al artista: “protagonista del catálogo de las artes plásticas venezolanas de este siglo”; “quien lo recuerda como un muchacho de notable inteligencia y creatividad”; “Ya entonces lo veíamos como un artista prometedor y apostábamos, sin titubeos, al notable desarrollo que posteriormente alcanzó con su trabajo”; “su singular inteligencia y precoz cultura”; “la gran calidad plástica de su pintura”. Esto por citar algunas de las caracterizaciones que se hacen de Zapata en el desarrollo del escrito analizado.
De igual manera se encuentran varias descripciones de lugares, situaciones, contextos, personas e incluso personajes de las caricaturas de Zapata: “un individuo ventrudo, vestido con chaleco y adornado con un brillante en la mano”.
Se evidencia el uso frecuente de citas directas e indirectas y comentarios del propio Zapata y sus allegados (esposa, amigos, familiares y personalidades de la vida pública nacional), buscando con esto la variedad de fuentes a la par que se reconocen ciertas limitantes (“Muchas personas que conocieron a la pareja fueron consultadas y nadie corroboró esta apreciación, como tampoco fue posible dar con un testimonio que apoyara la versión de Reyes según la cual su vida de casada se vio sacudida por causa de un marido que periódicamente tenía crisis alcohólicas.”).
Otro elemento que resalta es el empleo de la negación para describir una cualidad o característica a partir de su contrario y de la palabra “No”, tal como se observa en los siguientes casos: “No soy, definitivamente, un artista producto de aquella original formación de acento europeo”, “Y no estoy inconforme del resultado porque realmente me aferro mucho a mi forma de expresión"; “No hay duda de que es el mejor editorialista venezolano de la democracia”; “En este momento no me ubico en ninguna parte porque dentro de mí, como consecuencia de todos esos hechos, no quedó sino un escepticismo absoluto.”
Entre otras figuras literarias presentes están la personificación, la hipérbole y el símil. En el primero de los casos destaca el siguiente ejemplo: “La nación cabecea” (pues, obviamente, la nación no tiene cabeza). Mientras que la exageración o hipérbole se presenta mediante citas indirectas: “asegura no haberlo visto nunca bajo otro efecto que el de la genialidad.” El caso del símil se da a través del nexo comparativo “como” (“trabajando como un loco").
Así también, abundan las frases populares y refranes que le dan mayor sentido local y nacional al texto: “claridad para la calle y oscuridad para la casa”, “les he echado un parado”, “los mirones eran de palo”, “poner la misma cara de palo”.
Es posible encontrar algunos eufemismos o expresiones políticamente aceptables que resultan menos ofensivas y directas, como en el siguiente extracto: “despertó el resquemor de cierto directivo de El Nacional, quien se dirigió a mí para sugerirme la conveniencia de interrumpir cuanto antes la publicación de sus caricaturas". De manera más discreta y menos abundante se aprecia el uso de interrogantes y cuestionamientos (“¿hay tantas personas importantes en este país?”) que acortan las distancias entre el lector, la autora e incluso el artista objeto del escrito, a saber, Pedro León Zapata.
Es pertinente mencionar que estos textos cumplen con las características señalada por Vivaldi (1967), citado en http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=9864&
lunes, 10 de mayo de 2010
martes, 13 de abril de 2010
Análisis del articulo: "Úslar" de Milagros Socorro
Género periodístico:
El texto analizado responde a las características de la crónica periodística, no sólo por la presentación cronológica de un hecho y su desarrollo en el tiempo (“el martes de carnaval”, “a las once de la mañana”, “Hacia el final de la mañana”... ) sino también porque se trata de la narración de una noticia en la que se incorporan ciertos elementos de valoración e interpretación, complementados con herramientas literarias que acentúan la estética del lenguaje, permitiendo mayor libertad expresiva en su uso, lo que brinda un singular acercamiento entre la autora y el lector.
Textos literarios:
En este escrito se hace uso de algunas herramientas literarias que le otorgan una carga atractiva a su contenido. En tal sentido, en el primer párrafo, y a modo introductorio, nos encontramos con una descripción de lugar (“un amplio recinto de altas paredes de hierro pintado de blanco que por no llegar al techo dejan unos muy grandes ventanales abiertos a la brisa de las montañas circundantes”) que contextualiza el tema y permite al lector situarse en la escena narrada (el funeral de Úslar Pietri).
Así pues, el uso de la descripción de personas es frecuente a lo largo de todo el texto, teniendo, entre otros, los siguientes ejemplos:
“Contra la pared del fondo y de cara al féretro estaba Velasco, vestido de negro...”
“... un hombre taciturno, sobrio y de aire solitario que respiraba con dificultad...”
“Y en un rincón, encogida y muy bien puesta, la señora Ana Luisa Braun Kerdel, hermana de la esposa de Úslar.”
Igualmente se evidencia el empleo de la numeración para listar y dar una idea clara y ordenada sobre una idea, en esta oportunidad los asistentes al acto (“Se veía un ralo conjunto de políticos, otro de académicos, un puñado de curiosos, algún funcionario de la cultura”).
Resulta enfático en este tipo de géneros la carga estética y la función poética del lenguaje que complementa la descripción (“maraña cantarina y jovial de los tordos cuya algarabía desmentía la luctuosa tonalidad de su plumaje”.
Otros recursos literarios transmiten una idea simple pero con valor estético y, que además, recogen expresiones y términos locales: “una bandada de torditos que se dedicó a cantar a todo gañote las vitales melodías de la naturaleza.”
También se usan calificativos que caracterizan y transmiten las posiciones y opiniones de la autora (“colega de excepción”, “otro grupito”, “un ralo conjunto de políticos”, “un huerfanito a deshora”).
La sensibilidad manifestada en el texto también se ve exarcebada mediante el uso de otras figuras literarias como la personificación o prosopopeya, la cual consiste en atribuir características humanas a seres inanimados, tal como se observa en el siguiente extracto: “y sobre su urna una cruz de flores con una cinta que decía (más bien susurraba): «De su hijo».”
A lo largo del desarrollo del texto éste se ve fortalecido con un amplio sentido de identidad, por tratarse de un tema que toca el sentir de toda una nación. En este orden de ideas se citan elementos, instituciones y personajes propios de la vida nacional (ex-presidentes de la República: Luis Herrera y Rafael Caldera; figuras y piezas musicales: Billo, el profesor Rui Rua, Alberto Naranjo, entre otros personajes e instituciones de la vida nacional: el cardenal Velásco, Academia Venezolana de la Lengua, Ministerio de la Secretaría, Presidencia de la República).
El género dramático de la “tragedia” también aparece en el texto no sólo por el hecho que se narra sino por la forma y los matices de la propia narración, otorgándole así una alta sensibilidad al hecho que se relata, como lo ejemplifica esta cita: “y lloré amargamente para mi sorpresa, para mi alivio, para mi cancelación de un siglo que acababa de ser enterrado.” lo que permite dar un cierre personal y contundente.
El texto analizado responde a las características de la crónica periodística, no sólo por la presentación cronológica de un hecho y su desarrollo en el tiempo (“el martes de carnaval”, “a las once de la mañana”, “Hacia el final de la mañana”... ) sino también porque se trata de la narración de una noticia en la que se incorporan ciertos elementos de valoración e interpretación, complementados con herramientas literarias que acentúan la estética del lenguaje, permitiendo mayor libertad expresiva en su uso, lo que brinda un singular acercamiento entre la autora y el lector.
Textos literarios:
En este escrito se hace uso de algunas herramientas literarias que le otorgan una carga atractiva a su contenido. En tal sentido, en el primer párrafo, y a modo introductorio, nos encontramos con una descripción de lugar (“un amplio recinto de altas paredes de hierro pintado de blanco que por no llegar al techo dejan unos muy grandes ventanales abiertos a la brisa de las montañas circundantes”) que contextualiza el tema y permite al lector situarse en la escena narrada (el funeral de Úslar Pietri).
Así pues, el uso de la descripción de personas es frecuente a lo largo de todo el texto, teniendo, entre otros, los siguientes ejemplos:
“Contra la pared del fondo y de cara al féretro estaba Velasco, vestido de negro...”
“... un hombre taciturno, sobrio y de aire solitario que respiraba con dificultad...”
“Y en un rincón, encogida y muy bien puesta, la señora Ana Luisa Braun Kerdel, hermana de la esposa de Úslar.”
Igualmente se evidencia el empleo de la numeración para listar y dar una idea clara y ordenada sobre una idea, en esta oportunidad los asistentes al acto (“Se veía un ralo conjunto de políticos, otro de académicos, un puñado de curiosos, algún funcionario de la cultura”).
Resulta enfático en este tipo de géneros la carga estética y la función poética del lenguaje que complementa la descripción (“maraña cantarina y jovial de los tordos cuya algarabía desmentía la luctuosa tonalidad de su plumaje”.
Otros recursos literarios transmiten una idea simple pero con valor estético y, que además, recogen expresiones y términos locales: “una bandada de torditos que se dedicó a cantar a todo gañote las vitales melodías de la naturaleza.”
También se usan calificativos que caracterizan y transmiten las posiciones y opiniones de la autora (“colega de excepción”, “otro grupito”, “un ralo conjunto de políticos”, “un huerfanito a deshora”).
La sensibilidad manifestada en el texto también se ve exarcebada mediante el uso de otras figuras literarias como la personificación o prosopopeya, la cual consiste en atribuir características humanas a seres inanimados, tal como se observa en el siguiente extracto: “y sobre su urna una cruz de flores con una cinta que decía (más bien susurraba): «De su hijo».”
A lo largo del desarrollo del texto éste se ve fortalecido con un amplio sentido de identidad, por tratarse de un tema que toca el sentir de toda una nación. En este orden de ideas se citan elementos, instituciones y personajes propios de la vida nacional (ex-presidentes de la República: Luis Herrera y Rafael Caldera; figuras y piezas musicales: Billo, el profesor Rui Rua, Alberto Naranjo, entre otros personajes e instituciones de la vida nacional: el cardenal Velásco, Academia Venezolana de la Lengua, Ministerio de la Secretaría, Presidencia de la República).
El género dramático de la “tragedia” también aparece en el texto no sólo por el hecho que se narra sino por la forma y los matices de la propia narración, otorgándole así una alta sensibilidad al hecho que se relata, como lo ejemplifica esta cita: “y lloré amargamente para mi sorpresa, para mi alivio, para mi cancelación de un siglo que acababa de ser enterrado.” lo que permite dar un cierre personal y contundente.
Enlaces recomendados: Articulo completo: http://www.analitica.com/bitblio/msocorro/uslar.asp http://www.analitica.com/bitblio/msocorro/
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Calificativos,
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Recursos Literarios,
Tragedia,
Úslar Pietri
ANALISIS DEL ARTICULO "CHÁVES NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS" DE ALBERTO BARRERA TYSZKA.
Indudablemente el artículo Chávez nuestro que estás en los cielos, escrito por Alberto Barrera Tyszka, es un texto periodístico literario, en el cual observamos como el autor haciendo uso de la crónica, narra datos biográficos del personaje principal, utilizando fechas y hechos que le dan un orden cronológico a la historia. Característica fundamental de este tipo de género.
Igualmente podemos señalar que Barrera aplica criterios semánticos, sintácticos, discursivos, formales, contextuales y situacionales, propios de los géneros literarios narrativos.
Algunos ejemplos de lo antes expuesto, los podemos encontrar en las siguientes oraciones y párrafos:
“Chávez siempre es una emoción. Enamora o irrita, pero jamás aburre, es un producto que no conoce la indiferencia”.
“Es el retrato patético de la edad de un país. De la ceguera conjunta de todos los bandos, de un proceso donde la intolerancia comienza a ser el bien más común y la concentración de poder la única vocación del gobierno”.
“Es una tienda bastante pequeña pero está atiborrada. Más que tienda parece un desván que huele a sahumerio”.
Al fondo del lugar, junto al mostrador, detrás de una antigua caja registradora, hay un altar. Entre las velas, las flores y las otras deidades, ahora también puede verse un busto del comandante. Viste el uniforme militar, lleva su boina roja del batallón de paracaidistas. La figura apenas sonríe.
“Chávez, entonces, apareció en la televisión. Divertido. Radiante. Feliz con lo ocurrido, explicando que no pasaba nada, que se había tomado el fin de semana para estar con su hija menor”.
“El Chávez múltiple, animador, confrontador, productor de esperanzas; igual canta o cuenta un chiste….”
Por otro lado, en este escrito se utilizan algunas herramientas literarias que le otorgan una carga estética a su contenido.
Hipérbole:
“Los sueños de la pobreza también pueden producir monstruos”.
“Se trata de una intoxicación. De un lado y del otro, a favor o en contra, todos los ciudadanos parecen estar contagiados con la misma enfermedad”.
“Chávez fue tocado por el dios rating….”
En estas frases se observa la exageración de las propiedades del asunto al cual se refieren: producir monstruos, una intoxicación y dios rating.
Metáfora:
“El gobierno se ha convertido en un reality show”
“Aun así, en medio de esas sombras, sí resplandecía más nítidamente una meta”.
Personificación:
“Los recuerdos pueden ser impuntuales. El poder suele gozar de una memoria creativa”. Evidentemente lo recuerdos no tienen sentido del tiempo y el poder no tiene cerebro, por lo tanto carece de memoria.
“suele la historia tejer secretas correspondencias”. Para realizar la actividad de tejer se requiere de extremidades (manos en el caso de lo humanos y patas en el de los arácnidos) y la historia no las posee.
Otras consideraciones que me gustaría agregar en relación con el artículo analizado, son las siguientes:
Es un texto que conjuga la información y los datos históricos con algunos juicios de valor y opiniones de la autor. (“Fuentes oficiales dijeron, escuetamente….” “Es el retrato patético de la edad de un país. De la ceguera conjunta de todos los bandos, de un proceso donde la intolerancia comienza a ser el bien más común y la concentración de poder la única vocación del gobierno”)
“La confesión, sin embargo, tiene un cierto sabor de leyenda: podría fácilmente ser una versión maquillada de su propia historia,….” Frase que apela a las sensibilidades y a los sentidos.
Uso de citas directas y alusiones a obras literarias y otros autores y personajes: (Borges, Chè Guevara, José Vicente Rangel, Jesucristo): “Como dijo Jesús: 'Todo está consumado'. Se ha consumado lo que tenía que consumarse".” Chávez dijo "por ahora".
Empleo de neologismos, palabras y frases en inglès. Reality show, rating, dream team.
Y finalmente, el uso de expresiones coloquiales que para algunos pudieran rozar con lo vulgar y tosco. (“Pendejo”, “jodernos”)
Igualmente podemos señalar que Barrera aplica criterios semánticos, sintácticos, discursivos, formales, contextuales y situacionales, propios de los géneros literarios narrativos.
Algunos ejemplos de lo antes expuesto, los podemos encontrar en las siguientes oraciones y párrafos:
“Chávez siempre es una emoción. Enamora o irrita, pero jamás aburre, es un producto que no conoce la indiferencia”.
“Es el retrato patético de la edad de un país. De la ceguera conjunta de todos los bandos, de un proceso donde la intolerancia comienza a ser el bien más común y la concentración de poder la única vocación del gobierno”.
“Es una tienda bastante pequeña pero está atiborrada. Más que tienda parece un desván que huele a sahumerio”.
Al fondo del lugar, junto al mostrador, detrás de una antigua caja registradora, hay un altar. Entre las velas, las flores y las otras deidades, ahora también puede verse un busto del comandante. Viste el uniforme militar, lleva su boina roja del batallón de paracaidistas. La figura apenas sonríe.
“Chávez, entonces, apareció en la televisión. Divertido. Radiante. Feliz con lo ocurrido, explicando que no pasaba nada, que se había tomado el fin de semana para estar con su hija menor”.
“El Chávez múltiple, animador, confrontador, productor de esperanzas; igual canta o cuenta un chiste….”
Por otro lado, en este escrito se utilizan algunas herramientas literarias que le otorgan una carga estética a su contenido.
Hipérbole:
“Los sueños de la pobreza también pueden producir monstruos”.
“Se trata de una intoxicación. De un lado y del otro, a favor o en contra, todos los ciudadanos parecen estar contagiados con la misma enfermedad”.
“Chávez fue tocado por el dios rating….”
En estas frases se observa la exageración de las propiedades del asunto al cual se refieren: producir monstruos, una intoxicación y dios rating.
Metáfora:
“El gobierno se ha convertido en un reality show”
“Aun así, en medio de esas sombras, sí resplandecía más nítidamente una meta”.
Personificación:
“Los recuerdos pueden ser impuntuales. El poder suele gozar de una memoria creativa”. Evidentemente lo recuerdos no tienen sentido del tiempo y el poder no tiene cerebro, por lo tanto carece de memoria.
“suele la historia tejer secretas correspondencias”. Para realizar la actividad de tejer se requiere de extremidades (manos en el caso de lo humanos y patas en el de los arácnidos) y la historia no las posee.
Otras consideraciones que me gustaría agregar en relación con el artículo analizado, son las siguientes:
Es un texto que conjuga la información y los datos históricos con algunos juicios de valor y opiniones de la autor. (“Fuentes oficiales dijeron, escuetamente….” “Es el retrato patético de la edad de un país. De la ceguera conjunta de todos los bandos, de un proceso donde la intolerancia comienza a ser el bien más común y la concentración de poder la única vocación del gobierno”)
“La confesión, sin embargo, tiene un cierto sabor de leyenda: podría fácilmente ser una versión maquillada de su propia historia,….” Frase que apela a las sensibilidades y a los sentidos.
Uso de citas directas y alusiones a obras literarias y otros autores y personajes: (Borges, Chè Guevara, José Vicente Rangel, Jesucristo): “Como dijo Jesús: 'Todo está consumado'. Se ha consumado lo que tenía que consumarse".” Chávez dijo "por ahora".
Empleo de neologismos, palabras y frases en inglès. Reality show, rating, dream team.
Y finalmente, el uso de expresiones coloquiales que para algunos pudieran rozar con lo vulgar y tosco. (“Pendejo”, “jodernos”)
FORMAS EXPRESIVAS UTILIZADAS POR TRUMAN CAPOTE EN EL CUENTO"FÉRETROS TALLADOS A MANO"
FORMAS EXPRESIVAS UTILIZADAS POR TRUMAN CAPOTE EN EL CUENTO"FÉRETROS TALLADOS A MANO"
En esta obra podemos observar que el autor utiliza las tres formas expresivas propias del cuento o la novela: descripción, narración y diálogo.
En el primer párrafo describe, valiéndose de la técnica de la relación y el orden, el sitio en el cual ocurren los acontecimientos: “Un pueblo en un pequeño Estado del oeste. Un centro para las numerosas granjas y establecimientos de cría de ganado que rodeaban a este pueblo con una población de menos de diez mil, con doce iglesias y dos restaurantes. El cine, aunque no ha dado ni una película en diez años, todavía sigue en pie, austero e inhospitalario en la calle principal. Una vez también hubo un hotel, pero ha sido cerrado, y hoy en día el único lugar donde puede alojarse un viajero es el motel Prairie”
Seguidamente introduce la descripción, pero añade subjetividad al texto al usar adjetivos calificativos que enriquecen el mundo sensorial y los cuales subrayo a continuación: “El motel es limpio y los cuartos bien calefaccionados; más no puede decirse. Un hombre Jake Pepper vive en él desde hace casi cinco años. Tiene cincuenta y ocho años, y es viudo con cuatro hijos grandes. Es más bien de muy buena salud, y parece tener quince menos. Un rostro común pero agradable, ojos azules y una boca fina que se contorsiona en muecas que a veces son sonrisas, a veces no”.
Luego reitera el uso de la descripción, como forma expresiva que le permite dar el valor justo que tiene cada elemento dentro de la obra, y señala los motivos por los cuales considera que el personaje Jake Pepper, tiene aspecto juvenil: “El secreto de su aspecto juvenil no es su pulcritud o su delgadez, ni se debe tampoco a sus mejillas, sonrosadas como manzanas, ni a sus traviesas y misteriosas sonrisas, sino a su pelo, que lo hace tan joven: es de un rubio oscuro, lo lleva muy corto, y tan lleno de remolinos que no puede peinarlo; lo alisa y lo moja, simplemente”. Destaca en este párrafo el uso del símil como recurso literario: “sonrosadas como manzanas”.
En la primera oración del párrafo siguiente, el autor sigue describiendo al personaje Jake Pepper, de quien dice que: “es un detective empleado por el Departamento de Investigaciones del Estado” y pasa a desarrollar la parte narrativa de la obra en el resto del aparte: “Nos conocimos por un amigo mutuo, otro detective de un Estado diferente. En 1972 escribió una carta diciendo que estaba trabajando en un caso de asesinato, en algo que él pensaba que podía interesarme. Lo llamé por teléfono y hablamos durante tres horas. Yo estaba muy interesado en lo que tenía que decirme, pero se alarmó cuando sugerí que viajaría hasta allí para ver la situación personalmente. Dijo que podía ser prematuro y llegar a hacer peligrar su investigación, pero prometió mantenerme informado. Los tres años siguientes intercambiamos llamadas telefónicas de vez en cuando. El caso, que seguía líneas tan intrincadas como un laberinto de ratas, parecía haber llegado a un punto muerto. Finalmente le dije: “Déjeme que vaya a echar un vistazo” Así fue que me encontré, una fría noche &, marzo, sentado con Jake Pepper en su habitación del motel en los alrededores invernales y ventosos de ese pequeño pueblo desolado”. Esta narración la realiza, el autor, en primera persona, lo que se evidencia con la utilización de verbos que nos indican las acciones: conocimos, podía, llamé, estaba, sugerí, mantenerme, intercambiamos, dije, déjeme y encontré.
Posteriormente, Truman Capote, vuelve a la descripción: “En realidad, la habitación era agradable, cómoda. Después de todo, con ciertas interrupciones, había sido su hogar por Cinco años, y había puesto estantes donde exhibía fotos de su familia, hijos y nietos, y en los que descansaban cientos de libros, muchos acerca de la Guerra Civil, y todos propios de un hombre inteligente; prefería a Dickens, Melville, Trollope, Mark Twain.” Aquí apreciamos nuevamente el empleo de adjetivos: “agradable, cómoda”, que aportan rasgos de subjetividad al aparte.
Finalmente, el escritor, nos presenta, como tercera forma expresiva empleada en esta obra literaria, un extenso dialogo entre él y Jake, reforzado con tres párrafos explicativos:
Descriptivos: “(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo”
“(Las fotos, en blanco y negro, en papel brilloso, habían sido tomadas de noche, con flash. La primera era del jeep armado en casa de Clem Anderson en un estrecho camino de campo; estaba Volcado sobre un costado Con los faros encendidos todavía. La segunda foto era un torso sin cabeza, tirado sobre el mismo camino: un hombre sin Cabeza, con botas y jeans y una Campera de piel de oveja. La última foto era de la cabeza de la víctima. No podían habérsela cortado más limpia mente ni con una guillotina ni en manos de un cirujano maestro. Estaba sola, entre unas hojas, Como si un bromista la hubiera arrojado allí. Los ojos de Clem Anderson estaban abiertos pero no parecían muertos simplemente serenos, y a excepción de una herida dentada en la frente, tenía la cara serena tan ajena a la violencia como sus pálidos e inocentes ojos noruegos. Mientras examinaba las fotos, Jake, por sobre mi hombro, también las miraba)”.
Narrativo: “(Afuera, la nieve cubría, como encaje, el suelo Faltaba mucho para que llegara la primavera: un fuerte viento que hacía repiquetear la ventana anunciaba que el invierno seguía Con nosotros. Pero el ruido del viento no era más que un murmullo en mi cabeza, bajo el sonido de las víboras de cascabel y de Sus sibilantes lenguas. Vi el auto, oscuro bajo el sol ardiente, las enroscadas serpientes las cabezas humanas que se volvían verdes, hinchándose de veneno Me puse a escuchar el viento para que borrara la escena)”.
Diálogo:
“TC: Lo sorprendente es que nadie parece saber nada acerca de este caso. Casi no ha tenido publicidad.
JAKE: Hay razones.
TC: Nunca he logrado ordenarlo en una secuencia. Es como un rompecabezas al que le faltan las piezas.
JAKE: ¿Dónde empezamos?
TC: Desde el comienzo
JAKE: Vaya al escritorio Abra el cajón de abajo. ¿Ve esa cajita de cartón? Mire lo que hay adentro.
(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo.
TC: ¿Y la foto?............ Y prosigue con el diálogo.
En el primer párrafo describe, valiéndose de la técnica de la relación y el orden, el sitio en el cual ocurren los acontecimientos: “Un pueblo en un pequeño Estado del oeste. Un centro para las numerosas granjas y establecimientos de cría de ganado que rodeaban a este pueblo con una población de menos de diez mil, con doce iglesias y dos restaurantes. El cine, aunque no ha dado ni una película en diez años, todavía sigue en pie, austero e inhospitalario en la calle principal. Una vez también hubo un hotel, pero ha sido cerrado, y hoy en día el único lugar donde puede alojarse un viajero es el motel Prairie”
Seguidamente introduce la descripción, pero añade subjetividad al texto al usar adjetivos calificativos que enriquecen el mundo sensorial y los cuales subrayo a continuación: “El motel es limpio y los cuartos bien calefaccionados; más no puede decirse. Un hombre Jake Pepper vive en él desde hace casi cinco años. Tiene cincuenta y ocho años, y es viudo con cuatro hijos grandes. Es más bien de muy buena salud, y parece tener quince menos. Un rostro común pero agradable, ojos azules y una boca fina que se contorsiona en muecas que a veces son sonrisas, a veces no”.
Luego reitera el uso de la descripción, como forma expresiva que le permite dar el valor justo que tiene cada elemento dentro de la obra, y señala los motivos por los cuales considera que el personaje Jake Pepper, tiene aspecto juvenil: “El secreto de su aspecto juvenil no es su pulcritud o su delgadez, ni se debe tampoco a sus mejillas, sonrosadas como manzanas, ni a sus traviesas y misteriosas sonrisas, sino a su pelo, que lo hace tan joven: es de un rubio oscuro, lo lleva muy corto, y tan lleno de remolinos que no puede peinarlo; lo alisa y lo moja, simplemente”. Destaca en este párrafo el uso del símil como recurso literario: “sonrosadas como manzanas”.
En la primera oración del párrafo siguiente, el autor sigue describiendo al personaje Jake Pepper, de quien dice que: “es un detective empleado por el Departamento de Investigaciones del Estado” y pasa a desarrollar la parte narrativa de la obra en el resto del aparte: “Nos conocimos por un amigo mutuo, otro detective de un Estado diferente. En 1972 escribió una carta diciendo que estaba trabajando en un caso de asesinato, en algo que él pensaba que podía interesarme. Lo llamé por teléfono y hablamos durante tres horas. Yo estaba muy interesado en lo que tenía que decirme, pero se alarmó cuando sugerí que viajaría hasta allí para ver la situación personalmente. Dijo que podía ser prematuro y llegar a hacer peligrar su investigación, pero prometió mantenerme informado. Los tres años siguientes intercambiamos llamadas telefónicas de vez en cuando. El caso, que seguía líneas tan intrincadas como un laberinto de ratas, parecía haber llegado a un punto muerto. Finalmente le dije: “Déjeme que vaya a echar un vistazo” Así fue que me encontré, una fría noche &, marzo, sentado con Jake Pepper en su habitación del motel en los alrededores invernales y ventosos de ese pequeño pueblo desolado”. Esta narración la realiza, el autor, en primera persona, lo que se evidencia con la utilización de verbos que nos indican las acciones: conocimos, podía, llamé, estaba, sugerí, mantenerme, intercambiamos, dije, déjeme y encontré.
Posteriormente, Truman Capote, vuelve a la descripción: “En realidad, la habitación era agradable, cómoda. Después de todo, con ciertas interrupciones, había sido su hogar por Cinco años, y había puesto estantes donde exhibía fotos de su familia, hijos y nietos, y en los que descansaban cientos de libros, muchos acerca de la Guerra Civil, y todos propios de un hombre inteligente; prefería a Dickens, Melville, Trollope, Mark Twain.” Aquí apreciamos nuevamente el empleo de adjetivos: “agradable, cómoda”, que aportan rasgos de subjetividad al aparte.
Finalmente, el escritor, nos presenta, como tercera forma expresiva empleada en esta obra literaria, un extenso dialogo entre él y Jake, reforzado con tres párrafos explicativos:
Descriptivos: “(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo”
“(Las fotos, en blanco y negro, en papel brilloso, habían sido tomadas de noche, con flash. La primera era del jeep armado en casa de Clem Anderson en un estrecho camino de campo; estaba Volcado sobre un costado Con los faros encendidos todavía. La segunda foto era un torso sin cabeza, tirado sobre el mismo camino: un hombre sin Cabeza, con botas y jeans y una Campera de piel de oveja. La última foto era de la cabeza de la víctima. No podían habérsela cortado más limpia mente ni con una guillotina ni en manos de un cirujano maestro. Estaba sola, entre unas hojas, Como si un bromista la hubiera arrojado allí. Los ojos de Clem Anderson estaban abiertos pero no parecían muertos simplemente serenos, y a excepción de una herida dentada en la frente, tenía la cara serena tan ajena a la violencia como sus pálidos e inocentes ojos noruegos. Mientras examinaba las fotos, Jake, por sobre mi hombro, también las miraba)”.
Narrativo: “(Afuera, la nieve cubría, como encaje, el suelo Faltaba mucho para que llegara la primavera: un fuerte viento que hacía repiquetear la ventana anunciaba que el invierno seguía Con nosotros. Pero el ruido del viento no era más que un murmullo en mi cabeza, bajo el sonido de las víboras de cascabel y de Sus sibilantes lenguas. Vi el auto, oscuro bajo el sol ardiente, las enroscadas serpientes las cabezas humanas que se volvían verdes, hinchándose de veneno Me puse a escuchar el viento para que borrara la escena)”.
Diálogo:
“TC: Lo sorprendente es que nadie parece saber nada acerca de este caso. Casi no ha tenido publicidad.
JAKE: Hay razones.
TC: Nunca he logrado ordenarlo en una secuencia. Es como un rompecabezas al que le faltan las piezas.
JAKE: ¿Dónde empezamos?
TC: Desde el comienzo
JAKE: Vaya al escritorio Abra el cajón de abajo. ¿Ve esa cajita de cartón? Mire lo que hay adentro.
(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo.
TC: ¿Y la foto?............ Y prosigue con el diálogo.
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