FORMAS EXPRESIVAS UTILIZADAS POR TRUMAN CAPOTE EN EL CUENTO"FÉRETROS TALLADOS A MANO"
En esta obra podemos observar que el autor utiliza las tres formas expresivas propias del cuento o la novela: descripción, narración y diálogo.
En el primer párrafo describe, valiéndose de la técnica de la relación y el orden, el sitio en el cual ocurren los acontecimientos: “Un pueblo en un pequeño Estado del oeste. Un centro para las numerosas granjas y establecimientos de cría de ganado que rodeaban a este pueblo con una población de menos de diez mil, con doce iglesias y dos restaurantes. El cine, aunque no ha dado ni una película en diez años, todavía sigue en pie, austero e inhospitalario en la calle principal. Una vez también hubo un hotel, pero ha sido cerrado, y hoy en día el único lugar donde puede alojarse un viajero es el motel Prairie”
Seguidamente introduce la descripción, pero añade subjetividad al texto al usar adjetivos calificativos que enriquecen el mundo sensorial y los cuales subrayo a continuación: “El motel es limpio y los cuartos bien calefaccionados; más no puede decirse. Un hombre Jake Pepper vive en él desde hace casi cinco años. Tiene cincuenta y ocho años, y es viudo con cuatro hijos grandes. Es más bien de muy buena salud, y parece tener quince menos. Un rostro común pero agradable, ojos azules y una boca fina que se contorsiona en muecas que a veces son sonrisas, a veces no”.
Luego reitera el uso de la descripción, como forma expresiva que le permite dar el valor justo que tiene cada elemento dentro de la obra, y señala los motivos por los cuales considera que el personaje Jake Pepper, tiene aspecto juvenil: “El secreto de su aspecto juvenil no es su pulcritud o su delgadez, ni se debe tampoco a sus mejillas, sonrosadas como manzanas, ni a sus traviesas y misteriosas sonrisas, sino a su pelo, que lo hace tan joven: es de un rubio oscuro, lo lleva muy corto, y tan lleno de remolinos que no puede peinarlo; lo alisa y lo moja, simplemente”. Destaca en este párrafo el uso del símil como recurso literario: “sonrosadas como manzanas”.
En la primera oración del párrafo siguiente, el autor sigue describiendo al personaje Jake Pepper, de quien dice que: “es un detective empleado por el Departamento de Investigaciones del Estado” y pasa a desarrollar la parte narrativa de la obra en el resto del aparte: “Nos conocimos por un amigo mutuo, otro detective de un Estado diferente. En 1972 escribió una carta diciendo que estaba trabajando en un caso de asesinato, en algo que él pensaba que podía interesarme. Lo llamé por teléfono y hablamos durante tres horas. Yo estaba muy interesado en lo que tenía que decirme, pero se alarmó cuando sugerí que viajaría hasta allí para ver la situación personalmente. Dijo que podía ser prematuro y llegar a hacer peligrar su investigación, pero prometió mantenerme informado. Los tres años siguientes intercambiamos llamadas telefónicas de vez en cuando. El caso, que seguía líneas tan intrincadas como un laberinto de ratas, parecía haber llegado a un punto muerto. Finalmente le dije: “Déjeme que vaya a echar un vistazo” Así fue que me encontré, una fría noche &, marzo, sentado con Jake Pepper en su habitación del motel en los alrededores invernales y ventosos de ese pequeño pueblo desolado”. Esta narración la realiza, el autor, en primera persona, lo que se evidencia con la utilización de verbos que nos indican las acciones: conocimos, podía, llamé, estaba, sugerí, mantenerme, intercambiamos, dije, déjeme y encontré.
Posteriormente, Truman Capote, vuelve a la descripción: “En realidad, la habitación era agradable, cómoda. Después de todo, con ciertas interrupciones, había sido su hogar por Cinco años, y había puesto estantes donde exhibía fotos de su familia, hijos y nietos, y en los que descansaban cientos de libros, muchos acerca de la Guerra Civil, y todos propios de un hombre inteligente; prefería a Dickens, Melville, Trollope, Mark Twain.” Aquí apreciamos nuevamente el empleo de adjetivos: “agradable, cómoda”, que aportan rasgos de subjetividad al aparte.
Finalmente, el escritor, nos presenta, como tercera forma expresiva empleada en esta obra literaria, un extenso dialogo entre él y Jake, reforzado con tres párrafos explicativos:
Descriptivos: “(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo”
“(Las fotos, en blanco y negro, en papel brilloso, habían sido tomadas de noche, con flash. La primera era del jeep armado en casa de Clem Anderson en un estrecho camino de campo; estaba Volcado sobre un costado Con los faros encendidos todavía. La segunda foto era un torso sin cabeza, tirado sobre el mismo camino: un hombre sin Cabeza, con botas y jeans y una Campera de piel de oveja. La última foto era de la cabeza de la víctima. No podían habérsela cortado más limpia mente ni con una guillotina ni en manos de un cirujano maestro. Estaba sola, entre unas hojas, Como si un bromista la hubiera arrojado allí. Los ojos de Clem Anderson estaban abiertos pero no parecían muertos simplemente serenos, y a excepción de una herida dentada en la frente, tenía la cara serena tan ajena a la violencia como sus pálidos e inocentes ojos noruegos. Mientras examinaba las fotos, Jake, por sobre mi hombro, también las miraba)”.
Narrativo: “(Afuera, la nieve cubría, como encaje, el suelo Faltaba mucho para que llegara la primavera: un fuerte viento que hacía repiquetear la ventana anunciaba que el invierno seguía Con nosotros. Pero el ruido del viento no era más que un murmullo en mi cabeza, bajo el sonido de las víboras de cascabel y de Sus sibilantes lenguas. Vi el auto, oscuro bajo el sol ardiente, las enroscadas serpientes las cabezas humanas que se volvían verdes, hinchándose de veneno Me puse a escuchar el viento para que borrara la escena)”.
Diálogo:
“TC: Lo sorprendente es que nadie parece saber nada acerca de este caso. Casi no ha tenido publicidad.
JAKE: Hay razones.
TC: Nunca he logrado ordenarlo en una secuencia. Es como un rompecabezas al que le faltan las piezas.
JAKE: ¿Dónde empezamos?
TC: Desde el comienzo
JAKE: Vaya al escritorio Abra el cajón de abajo. ¿Ve esa cajita de cartón? Mire lo que hay adentro.
(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo.
TC: ¿Y la foto?............ Y prosigue con el diálogo.
En el primer párrafo describe, valiéndose de la técnica de la relación y el orden, el sitio en el cual ocurren los acontecimientos: “Un pueblo en un pequeño Estado del oeste. Un centro para las numerosas granjas y establecimientos de cría de ganado que rodeaban a este pueblo con una población de menos de diez mil, con doce iglesias y dos restaurantes. El cine, aunque no ha dado ni una película en diez años, todavía sigue en pie, austero e inhospitalario en la calle principal. Una vez también hubo un hotel, pero ha sido cerrado, y hoy en día el único lugar donde puede alojarse un viajero es el motel Prairie”
Seguidamente introduce la descripción, pero añade subjetividad al texto al usar adjetivos calificativos que enriquecen el mundo sensorial y los cuales subrayo a continuación: “El motel es limpio y los cuartos bien calefaccionados; más no puede decirse. Un hombre Jake Pepper vive en él desde hace casi cinco años. Tiene cincuenta y ocho años, y es viudo con cuatro hijos grandes. Es más bien de muy buena salud, y parece tener quince menos. Un rostro común pero agradable, ojos azules y una boca fina que se contorsiona en muecas que a veces son sonrisas, a veces no”.
Luego reitera el uso de la descripción, como forma expresiva que le permite dar el valor justo que tiene cada elemento dentro de la obra, y señala los motivos por los cuales considera que el personaje Jake Pepper, tiene aspecto juvenil: “El secreto de su aspecto juvenil no es su pulcritud o su delgadez, ni se debe tampoco a sus mejillas, sonrosadas como manzanas, ni a sus traviesas y misteriosas sonrisas, sino a su pelo, que lo hace tan joven: es de un rubio oscuro, lo lleva muy corto, y tan lleno de remolinos que no puede peinarlo; lo alisa y lo moja, simplemente”. Destaca en este párrafo el uso del símil como recurso literario: “sonrosadas como manzanas”.
En la primera oración del párrafo siguiente, el autor sigue describiendo al personaje Jake Pepper, de quien dice que: “es un detective empleado por el Departamento de Investigaciones del Estado” y pasa a desarrollar la parte narrativa de la obra en el resto del aparte: “Nos conocimos por un amigo mutuo, otro detective de un Estado diferente. En 1972 escribió una carta diciendo que estaba trabajando en un caso de asesinato, en algo que él pensaba que podía interesarme. Lo llamé por teléfono y hablamos durante tres horas. Yo estaba muy interesado en lo que tenía que decirme, pero se alarmó cuando sugerí que viajaría hasta allí para ver la situación personalmente. Dijo que podía ser prematuro y llegar a hacer peligrar su investigación, pero prometió mantenerme informado. Los tres años siguientes intercambiamos llamadas telefónicas de vez en cuando. El caso, que seguía líneas tan intrincadas como un laberinto de ratas, parecía haber llegado a un punto muerto. Finalmente le dije: “Déjeme que vaya a echar un vistazo” Así fue que me encontré, una fría noche &, marzo, sentado con Jake Pepper en su habitación del motel en los alrededores invernales y ventosos de ese pequeño pueblo desolado”. Esta narración la realiza, el autor, en primera persona, lo que se evidencia con la utilización de verbos que nos indican las acciones: conocimos, podía, llamé, estaba, sugerí, mantenerme, intercambiamos, dije, déjeme y encontré.
Posteriormente, Truman Capote, vuelve a la descripción: “En realidad, la habitación era agradable, cómoda. Después de todo, con ciertas interrupciones, había sido su hogar por Cinco años, y había puesto estantes donde exhibía fotos de su familia, hijos y nietos, y en los que descansaban cientos de libros, muchos acerca de la Guerra Civil, y todos propios de un hombre inteligente; prefería a Dickens, Melville, Trollope, Mark Twain.” Aquí apreciamos nuevamente el empleo de adjetivos: “agradable, cómoda”, que aportan rasgos de subjetividad al aparte.
Finalmente, el escritor, nos presenta, como tercera forma expresiva empleada en esta obra literaria, un extenso dialogo entre él y Jake, reforzado con tres párrafos explicativos:
Descriptivos: “(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo”
“(Las fotos, en blanco y negro, en papel brilloso, habían sido tomadas de noche, con flash. La primera era del jeep armado en casa de Clem Anderson en un estrecho camino de campo; estaba Volcado sobre un costado Con los faros encendidos todavía. La segunda foto era un torso sin cabeza, tirado sobre el mismo camino: un hombre sin Cabeza, con botas y jeans y una Campera de piel de oveja. La última foto era de la cabeza de la víctima. No podían habérsela cortado más limpia mente ni con una guillotina ni en manos de un cirujano maestro. Estaba sola, entre unas hojas, Como si un bromista la hubiera arrojado allí. Los ojos de Clem Anderson estaban abiertos pero no parecían muertos simplemente serenos, y a excepción de una herida dentada en la frente, tenía la cara serena tan ajena a la violencia como sus pálidos e inocentes ojos noruegos. Mientras examinaba las fotos, Jake, por sobre mi hombro, también las miraba)”.
Narrativo: “(Afuera, la nieve cubría, como encaje, el suelo Faltaba mucho para que llegara la primavera: un fuerte viento que hacía repiquetear la ventana anunciaba que el invierno seguía Con nosotros. Pero el ruido del viento no era más que un murmullo en mi cabeza, bajo el sonido de las víboras de cascabel y de Sus sibilantes lenguas. Vi el auto, oscuro bajo el sol ardiente, las enroscadas serpientes las cabezas humanas que se volvían verdes, hinchándose de veneno Me puse a escuchar el viento para que borrara la escena)”.
Diálogo:
“TC: Lo sorprendente es que nadie parece saber nada acerca de este caso. Casi no ha tenido publicidad.
JAKE: Hay razones.
TC: Nunca he logrado ordenarlo en una secuencia. Es como un rompecabezas al que le faltan las piezas.
JAKE: ¿Dónde empezamos?
TC: Desde el comienzo
JAKE: Vaya al escritorio Abra el cajón de abajo. ¿Ve esa cajita de cartón? Mire lo que hay adentro.
(Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo No estaba ornamentado pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón no estaba vacío. Contenía una foto, una instantánea Casual y Cándida de dos personas de edad mediana, un hombre y una mujer, que cruzaban la calle. No era una foto para la que hubieran posado; uno se daba cuenta de que ellos no sabían que se les había sacado una foto). Ese pequeño féretro. Supongo que ese es el comienzo.
TC: ¿Y la foto?............ Y prosigue con el diálogo.
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